La noche del 31 de mayo de 2025 en Múnich fue histórica para el Paris Saint-Germain, que logró su primera Champions League tras vencer 5-0 al Inter de Milán. Sin embargo, más allá del resultado, el momento que conmovió al mundo fue el homenaje que el entrenador Luis Enrique rindió a su hija Xana, fallecida en 2019.
Un tributo lleno de amor y recuerdo
Al finalizar el partido, Luis Enrique se dirigió a la grada donde estaba su familia y recibió una camiseta especial: una prenda negra con un dibujo que recreaba una imagen de 2015, cuando celebró la Champions con el FC Barcelona junto a Xana, clavando una bandera en el césped. Esta vez, la ilustración mostraba a ambos con la bandera del PSG, adaptada por el artista Edgar Plans, colaborador de la Fundación Xana.
El gesto fue mantenido en secreto por su entorno familiar hasta después del partido, para no condicionar al entrenador. Luis Enrique, visiblemente emocionado, expresó: "Xana está conmigo en la victoria y en la derrota mucho más. No necesito ganar una Champions para recordarla; ella siempre está presente apoyando a mi familia y la siento especialmente cuando perdemos o las cosas no salen bien".
La Fundación Xana y su impacto
Tras la pérdida de su hija, Luis Enrique y su familia crearon en 2023 la Fundación Xana, una organización que brinda asistencia integral y acompañamiento a niños y jóvenes afectados por enfermedades oncológicas. La camiseta que lució el entrenador llevaba el logo de esta fundación, simbolizando su compromiso continuo con la causa y el deseo de mantener viva la memoria de Xana a través de acciones solidarias.
La afición del PSG se une al homenaje
Los seguidores del PSG también participaron en el tributo, desplegando una enorme pancarta en el estadio que replicaba la imagen de Luis Enrique y Xana plantando la bandera del club. Este gesto conmovió al entrenador, quien agradeció el apoyo y destacó la importancia de recordar a su hija no solo en los momentos de triunfo, sino en cada día de su vida.
Un legado que trasciende el fútbol
La victoria del PSG en la Champions League no solo representó un logro deportivo, sino también una muestra de resiliencia y amor por parte de Luis Enrique. Su homenaje a Xana recordó al mundo que, más allá del deporte, existen historias humanas que nos conectan y nos inspiran a ser mejores.
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